HISTORIA


El culto a la muerte existe en México desde hace más de 3 mil años. Los antiguos pobladores la concebían como algo consustancial a todos los seres. Tenían por seguro que los ciclos naturales como el día y la noche, así como la temporada de lluvias y sequias, eran el equivalente a la vida y la muerte.
Esa idea la representaban con figuras semidescanarnadas, que simbolizaban la dualidad entre lo vivo y lo muerto, lo interno y lo externo, la luna y el sol.
La historia del culto tiene un largo proceso de evolución que se puede dividir en dos etapas. Una larga etapa de gestación donde se fueron conjugando los distintos elementos que va desde la época prehispánica, pasando por el catolicismo de la época colonial, llegando hasta la mitad del siglo XX. Una rápida etapa donde el conjunto de estos elementos da a la figura su actual apariencia; esto último achacado a un entorno de marginación social, pobreza y delincuencia.

viernes, 10 de junio de 2016

Altar Y Su Colocacion


Si queremos que la Santa Muerte permanezca siempre con nosotros, nos de su ayuda y protección, es necesario contar con un espacio exclusivo para ella en nuestra cosa o negocio; preferentemente en un lugar tranquilo donde sea posible orar sin ser molestado, además de tener buena ventilación para que no se encierre el humo de las veladoras, el incienso o de las lámparas de aceite.

En caso de que se trate de un altar personal, porque solo tú manifiestas fe hacia la Santísima Muerte, es recomendable que éste deberá ser un lugar privado al cual puedas tener acceso solo tú; pero si estás seguro que tu familia respetará tus creencias, entonces puedes tenerlo a la vista, aunque de todos modos es recomendable que tengas privacidad en ciertos momentos.

Pero si en el altar vas a efectuar trabajos para otras personas, es necesario un espacio más amplio, todo depende de tus posibilidades.
Una vez elegido el lugar apropiado para el altar, es recomendable no colocar a la Santa Muerte en el piso o en un lugar por debajo de la cintura; deberá estar a la altura o por encima de esta, por respeto a ella.

La base del altar deberá de ser de un material natural como madera, barro, metal, o algún otro de origen vegetal mineral o animal. La base puede ser una repisa o mesa y sobre esta pondrás un mantel que dependiendo del gusto de cada quien será el color, pero tendrá que estar confeccionado de algodón o manta, y deberá de cubrir totalmente la base y colgar un poco.

Recordar que la elección de la imagen será a gusto y necesidad de cada quien. Por ejemplo, hay quienes prefieren un cuadro o estampilla por lo fácil de transportar; así que cualquier opción es buena siempre y cuando guste y transmita fe y devoción al practicante.
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Un altar es un espacio dedicado a la devoción personal o colectiva de una entidad, representada por una imagen o símbolo. Dado que para montarlo se requiere básicamente de una superficie plana, se puede utilizar un mueble común a la altura de la cintura. Ahí se coloca la imagen de la Santa Muerte y ahí mismo se realizan los rituales. Pero antes de proceder a instalarlo, es necesario asegurarse de contar con todos los elementos de la lista siguiente, teniendo en cuenta que todos deben ser nuevos:

 Mesa
 Velo
 Mantel
 Caja
 Terciopelo o tela de color rojo y negro
 Paño morado y paño negro
 Huesos de restos humanos
 Huesos de animales nocturnos
 Tierra de panteón
 Cuarzos
 Imanes y cristales
 Listón negro
 Velas
 Inciensos
 Floreros
 Flores
 Cenicero
 Plato de barro
 Vaso de cristal
 Pan, fruta, y dulces

Lo ideal es que el área donde se coloque el alar dedicado a la Santa Muerte sea un espacio lo más privado posible, en donde se pueda orar sin interrupciones. Debe estar orientado hacia donde se pone el sol, es decir hacia el poniente, y asegurarse de que haya buena ventilación para que circule el humo de las veladoras y del incienso.

Por lo tanto, es importante que esta área esté lejos de la vista de los curiosos y extraños, a fin de asegurar un mayor poder de atracción para las personas que con fe y devoción quieran pedirle un favor a la Santa Muerte.

Para el tamaño del altar, habrá que tomar en cuenta el espacio disponible; no necesariamente tiene que ser grande, pues la fuerza del altar no depende de su tamaño, sino de la fe.

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